
Se nos fueron 9 fechas del campeonato mundial de la Fórmula 1 con un triunfo inobjetable de Max Verstappen en el Gran Premio de Austria. El holandés se afianza en el liderato del mundial de pilotos con 3 victorias consecutivas y la posibilidad de su primer título comienza a verse como una realidad que al principio de temporada solo era una posibilidad remota aún y cuando todavía faltan 14 carreras por delante en el calendario.
El campeonato no ha llegado entonces ni a la mitad y me niego a pensar que Mercedes se quede de brazos cruzados. 32 puntos parecen una cómoda ventaja por ahora para Max sobre Lewis, aunque en las carreras todo puede pasar y esa ventaja se puede esfumar en la combinación de dos buenos resultados para uno y dos malos para el otro.
A este Red Bull parece que no le duele nada, y a diferencia de otras temporadas se ha adaptado perfecto a todos los circuitos que ha visitado hasta ahora la máxima categoría. Hasta el año pasado los circuitos más sinuosos le acomodaban al equipo austriaco, aunque tenía dificultades en circuitos de menor carga aerodinámica.
Entre las quejas del equipo Mercedes por la configuración del alerón trasero de Red Bull, y después por la evolución en la velocidad punta del motor Honda, se asoman las debilidades del equipo alemán que se muestra vulnerable cuando las cosas no salen bien. El dominio al que estuvieron acostumbrados hasta la temporada pasada, y al que también nos acostumbraron a todos los que seguimos la categoría, ha desaparecido según lo hemos visto en estas primeras nueve carreras de la temporada. Es cierto que a la categoría le viene bien un cambio de aires en pro de una lucha más cerrada por el campeonato, aunque hoy la balanza comienza a inclinarse de manera preocupante del lado de Red Bull. Y digo preocupante porque para el bien del espectáculo, lo que todos queremos ver es una lucha cerrada entre al menos dos equipos que puedan ganar carreras y no que uno se imponga con relativa facilidad sobre el otro, sea cual sea el caso.
Max Verstappen es un piloto que ha mostrado que tiene madera de campeón y a pesar de sus 23 años está ya en su séptima temporada de Fórmula 1. Con 17 años fue el piloto más joven en correr un Gran Premio de Fórmula 1; Con 18 se convirtió en el más joven en ganar una carrera; y con 23 se convirtió en el más joven en conseguir un Grand Chelem que incluye pole position, vuelta rápida y victoria en un mismo fin de semana de Gran Premio. Lo hizo este fin de semana en Austria y a su corta edad le sigue poniendo su nombre la historia. Llegó a 182 puntos y hoy es líder del campeonato mundial que aún tiene un largo camino por delante.
Es sin duda el compañero de equipo más difícil que ha tenido el mexicano Checo Pérez en sus 11 temporadas dentro de la categoría a pesar de que ya tuvo a un campeón mundial como Jenson Button en su paso por McLaren. El piloto mexicano fue llevado al equipo Red Bull para cumplir con un papel de escudero que al equipo le permitiera sumar puntos para contender por el campeonato de constructores. Al momento el objetivo se está cumpliendo pues Red Bull aventaja a Mercedes en ese renglón.
Checo entiende perfecto su papel dentro del equipo, y a pesar de que en días pasados declaró que su contrato no incluye ninguna cláusula que le impida pelear con Max Verstappen, en el fondo sabe que su rol al menos en esta temporada está más que entendido. El piloto de Guadalajara ha cumplido bien, sin embargo, ha tenido errores puntuales que hoy lo tendrían de igual forma en tercer puesto del campeonato, pero con una ventaja más cómoda sobre Norris y Bottas. Su error en Imola cuando rodaba cuarto, le costó lo que pudieron ser 12 puntos, y sus errores en el último Gran Premio de Austria le costaron al menos 10 puntos más, pensando en que pudo terminar segundo por detrás de su compañero en un escenario ideal y en cambio se tuvo que conformar con terminar sexto.
El mismo Checo reconoció que no fue una buena carrera. Su acción al querer pasar a Norris muy pronto en la carrera fue precipitada y a pesar de que los comisarios penalizaron con 5 segundos al británico (de forma equivocada a mi forma de ver) fue el piloto mexicano el que llevó la peor parte.
Da la impresión de que los jefes en Red Bull, Christian Horner y Helmut Marko, están satisfechos con lo realizado por Sergio Pérez hasta ahora en el equipo de las alas. Pero no hay que olvidar que quizá son los directivos más exigentes que hoy tiene la Fórmula 1 y ninguno se caracteriza por su paciencia, en especial el doctor Marko.
El piloto de Guadalajara ha tenido buen ritmo de carrera los domingos y su asignatura pendiente está principalmente en los días de calificación en donde es superado en relación de 8 a 1 por su compañero luego de 9 carreras. No se le pide que esté por delante de Max, sino más cerca. Reconozco que en Austria estuvo más cerca al calificar tercero y así deberá mantenerse.
Checo sabe su papel de número dos en el equipo, pero también es verdad que a ningún piloto le gusta ser exhibido por su competencia directa. Es posible que el dominio y la gran temporada que ha tenido hasta ahora Max Verstappen esté metiendo un poco más de presión de la esperada al mexicano, que se vio impulsivo y precipitado por estar segundo muy temprano en la carrera.
El piloto número 11 de Red Bull no se puede permitir estar casi un minuto por detrás de su compañero en carrera. Cierto es que recibió una doble penalización de 5 segundos, sin embargo, Max se dio el lujo de una parada de pits gratis con la ventaja que tenía sobre el resto, y así ir a buscar la vuelta rápida al final de la carrera que finalmente consiguió.
Ya veremos lo que suceda en Silverstone en donde Checo Pérez no pudo correr ninguna de los dos Grandes Premios en esa pista tras dar positivo a Covid el año pasado. Será una nueva prueba para el mexicano que deberá reponerse mentalmente y liberarse de la presión tras los errores cometidos el último fin de semana.
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