La semana pasada el Cabildo de la ciudad aprobó la ley de ingresos del municipio de Puebla, la cual ahora está en manos del Congreso local, quien deberá aprobar o rechazar esta propuesta antes de que termine el año.
Esta ley de ingresos, contempla el cobro del Derecho por Alumbrado Público (DAP), mismo que ha sido avalado por la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Es decir, en apego a derecho, no debería de existir ninguna excusa para que el Congreso, le apruebe el cobro de este derecho al ayuntamiento de Puebla, aunque cabe señalar que el año pasado, los diputados locales, principalmente del bloque de Morena, limitaron a la comuna poblana de cobrar este servicio, en cambio le aprobaron a otros ayuntamientos el poder hacerlo.
Reitero, apegado a derecho, el cobro del DAP le tendría que ser aprobado al ayuntamiento de Puebla, a menos que el bloque de Morena quiera adelantar los tiempos electorales al 2023 y de una vez estén dispuestos de ir en contra de la comuna.
El cobro del DAP representa para el ayuntamiento de Puebla, el poder contar con al menos 200 millones de pesos más, con los cuales no contó el año pasado la administración que encabeza Eduardo Rivera Pérez.
Con esos 200 millones de pesos se pudo haber realizado más obras para Puebla capital, y como ya lo he señalado en pasadas entregas, son parte de un total de 500 millones de pesos menos, que no tuvo durante su primer año de labores Rivera Pérez, comparados a los recursos que ejerció hace casi 10 años, cuando fue por primera vez, presidente municipal de Puebla.
Hay que decir, que también deberá de ser labor del edil capitalino el transparentar la aplicación de estos recursos, para evitar señalamientos por parte de sus detractores, los cuales señalan que tanto el cobro de este derecho, como lo que se recauda por concepto de parquímetros, son para la campaña del edil panista, quien es el candidato mejor posicionado por parte de la oposición.
El cobro del DAP va a fortalecer las finanzas de la comuna para el 2023, un año que en materia económica se antoja sumamente complicado, ya que se dice que será de recesión económica a nivel mundial, lo que complica aún más el panorama para quienes administran las grandes ciudades del planeta.
Tiene todo un reto por delante Eduardo Rivera Pérez, quien entrará a su segundo año de labores al frente de la comuna, en este segundo periodo, manejando los destinos de Puebla capital, ya que muy posiblemente dentro de un año, deberá de tomar la determinación de si ir o no ir por la candidatura a la gubernatura.
José Layón, un empresario a seguir. Un empresario al cual hay que seguir de cerca es a José Layón Aarum, quien se dice cuenta con la protección de un personaje sumamente influyente dentro de la 4T a nivel nacional.
Se especula que dicho personaje, es el propio presidente López, quien se dice, ha intervenido incluso en el litigio que dicho empresario tiene en contra del ex gobernador de Puebla, Antonio Gali, por una plaza comercial que Layón construyó en terrenos de los hijos del ex mandatario.
Se dice que también, esté poderosos personaje, que se especula es el propio presidente López, es quien salvó de la picota a su hermana, la “momis”, Norma Layón, presidenta municipal de san Martín Texmelucan a la cual se le cayó un tanque elevado el pasado mes de diciembre, lo cual le costó la vida a dos ciudadanos de este lugar.
Por cierto, de este acto, quienes terminaron pagando los “platos rotos” fueron el director de obras públicas y el de protección civil, quienes fueron enviados a prisión. ¿No que en la 4T no hay lugar para el influyentismo?
Otra vez Lázaro. Siempre que se habla de corrupción, de inmediato parece el nombre de Lázaro Jiménez Aquino, diputado federal el PRI de origen chiapaneco, amigo del dirigente nacional del PRI, el impresentable “Amlito” Moreno y director de la Fundación Belisario Domínguez, el antiguo ICADEP del tricolor, quien se dice se ha terminado de enriquecer aún más, con los recursos destinados a la capacitación de los cuadros de este partido.
El chiapaneco, que se dice poblano solo por conveniencia, maneja millones de pesos a su libre albedrio y sin rendirles cuentas a nadie, contando con la complicidad del propio “Amlito” y de un asesor de imagen que lo mismo trabaja que para el PRI que para Morena.
Ni duda cabe, el PRI es un partido el cual nunca va a cambiar, pues mantiene los mismos vicios de siempre y es manejado por las mismas mafias de siempre.
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Ilustración: Alejandro Medina