El estrés y sus hormonas de activación

La hormona es importante para el metabolismo de los alimentos y la función inmunológica y es una de las hormonas principales para la respuesta del cuerpo al estrés agudo y crónico. En condiciones estresantes crónicas y en ciertas condiciones médicas, el patrón de altas y bajas de la secreción diurna se aplana, causando niveles más altos continuos de cortisol. Esto puede causar problemas de salud al suprimir el sistema inmunológico y alterar el metabolismo para que la persona esté más propensa a desarrollar diabetes, osteoporosis, fatiga crónica y aumento de peso. Los niveles crónicamente altos de cortisol también tienen efectos negativos en la función del cerebro y en el estado del humor. Lo que es peor, las personas con depresión o síndrome de estrés pos traumático demuestran una capacidad deficiente de poder apagar la producción de cortisol, causando un círculo vicioso.
Los estudios han demostrado una relación bidireccional entre el cortisol y la comida. Los altos niveles de cortisol aumentan el sistema de recompensa del cerebro a favor del consumo de alimentos ‘reconfortantes’, que usualmente son alimentos tipo merienda de baja calidad (altos en azúcar y en grasa). También se sabe que el consumo de alimentos altos en azúcar lleva a los aumentos en los niveles de cortisol. Esto causa otro círculo vicioso que contribuye a los altos niveles de cortisol
El ejercicio moderado aumenta inicialmente los niveles de cortisol, pero luego contribuye al bajón nocturno de la hormona y es una buena manera de reforzar el patrón natural de altas y bajas en la producción de cortisol. Idealmente, el ejercicio sería realizado en las horas de la mañana. Los practicantes regulares de la meditación de plenitud mental ( 120 min a la semana) también demuestran una mejor capacidad para reducir rápidamente los niveles de cortisol después de una tarea estresante. Otros medios de relajamiento como el masaje, la meditación profunda, el Tai Chi y el Yoga han demostrado poder ayudar a reducir los niveles de cortisol. Las técnicas para el manejo del estrés y las relaciones harmoniosas de bajo conflicto también son importantes para prevenir los niveles de cortisol crónicamente elevados.
El cortisol, como otras hormonas tales como la hormona del crecimiento, está vinculada muy de cerca con el sueño. El sueño puede parecer un estado pasivo para la mayoría de las personas. Sin embargo, es un tiempo de suma importancia donde el cerebro y el sistema endocrino están muy activos en sus funciones de restauración que son cruciales para la salud. Para que el sueño sea tenga la eficacia máxima en estas funciones, el cerebro debe pasar por un período de sueño ininterrumpido, el cual para la mayoría de las personas es de siete horas mientras el cerebro pasa por etapas de sueño en un patrón muy específico que está anclado en la evolución del ritmo circadiano de nuestra especie. La variación de estos ciclos, como ocurre con las personas de trabajan de noche o con las que padecen de insomnio, puede interrumpir estas funciones y causar niveles más altos y mal regulados de cortisol.
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