El Grit es un término acuñado por Angela Duckworth y habla sobre dos variables que ella considera clave para alcanzar el éxito deportivo, estas son la perseverancia y la pasión.
En muchas ocasiones, apostamos por el talento nato del jugador, y los procesos de selección de talentos se basan en evaluaciones observacionales sobre las cualidades físicas, técnicas y tácticas, ¿pero dónde queda la importancia de la esfera psicológica? Cuántas historias conocemos de jugadores que tenían un talento prometedor y desertaron en el camino, o a la inversa, jugadores por los cuales no se apostaba, pero lograron llegar al deporte profesional. Es aquí donde no es el talento lo que determina el éxito deportivo, sino la mentalidad de crecimiento que desarrollen los jugadores.
Tener una mentalidad de crecimiento consiste en creer que las capacidades no son estables e inamovibles, sino al contrario, se pueden trabajar y cambiar. Un jugador con mentalidad de crecimiento ve en la adversidad una nueva oportunidad para mejorar, y toma la situación como un reto y no como un obstáculo.
Existen 4 variables que se deben desarrollar para desarrollar el GRIT:
1.- La capacidad de mantener el interés, a pesar de la rutina, un jugador con GRIT buscar constantemente situaciones que le estimulen y le reten a aprender cosas nuevas, busca alternativas de situación, capacitarse constantemente o probar nuevas acciones.
2.- Capacidad de practicar, el deporte requiere de mucha repetición y esta muchas veces cansa cognitivamente al jugador porque es tedioso mantener una rutina, un jugador con GRIT sabe enfrentar esta situación y está abierto a recibir Feedback. Siempre está dispuesto a empezar de nuevo si es necesario.
3.- Tiene un próposito claro, este le da sentido a su práctica deportiva, pero con un complemento clave trabajan para el bien del equipo, no solo buscando satisfacer interes individuales.
4.- Mantienen viva la esperanza, pero de una manera activa y resposable, saben enfocarse en lo que controlan y lo que pueden cambiar cuando las cosas no van bien.
El grit sin duda es una variable que merece la pena incluir en los planes de intervención psicológica, en todos los niveles competitivos, porque tiene una relación directa con el éxito.
Las experiencias y el contextos son los que van a estimular el desarrollo del GRIT.
