Reportando desde el 0.2

Terminó el Gran Premio de México con esa rápida sensación de nostalgia de tres días que se van volando. Ahora con la agradable novedad de que se extendió el contrato por tres años mas y nuestro país tendrá Fórmula 1 por lo menos hasta 2025. En lo personal fue mi séptimo Gran Premio como oficial de pista y en estas líneas quiero platicarles de esta nueva experiencia.

 

Este año estuve ubicado como parte del equipo del puesto 0.2 con la función de intervención 1. 0.2 de acuerdo la nueva nomenclatura de los puestos de oficiales de pista colocados a los largo del circuito, se refiere a que está ubicado a 200 metros de distancia en relación al puesto anterior que en este caso es el puesto 0 o puesto de meta. La posición del Intervención 1 debe cumplir como función principal entrar a pista en caso de un percance para desactivar la energía eléctrica y neutralizar el auto para poder retirarlo de la pista con la ayuda del resto del equipo, y dejar la pista en condiciones para poder continuar con la carrera o las sesiones de entrenamientos.

 

El puesto 0.2 está ubicado en la recta principal frente a la salida de pits. Es una zona de aceleración pura y es impresionante ver de tan cerca la potencia y la velocidad que alcanzan los autos de Fórmula 1. Siempre he pensado que la mejor zona para ver una carrera de fórmula 1 es en las zonas de frenada después de una recta larga pues son zonas de mas acción y permite ver los puntos donde los pilotos van conociendo los límites de la pista. Esta zona es diferente ya que es acelerador a fondo en todo momento y verlos a esa velocidad en verdad pone la piel chinita. Es una zona en la que también se puede tener una fácil lectura de la carrera ya que puedes ver las estrategias de los equipos con cada detención en pits.

 

Resulta también interesante la zona ya que se encuentra enfrente de la tribuna principal y da la espalda a zonas de hospitalities en donde muchas personas viven la fiesta del Gran Premio de una manera diferente. Muchas personas entre las que quizá hay muchas que no son tan aficionados a la Fórmula 1 pero que quieren ser parte del evento deportivo mundial mas grande que hoy tiene México. Ver como los aficionados se vuelven parte del ambiente que solo se vive en el Gran Premio de México contagia también de una gran emoción.

 

En esta zona del autódromo también se encuentra el acceso a pista de otras categorías de soporte que forman parte del Gran Premio de México. En esta ocasión se corrió la carrera de leyendas en la que participaron pilotos que marcaron época en el serial Indy Car de Estados Unidos. Pilotos como Adrián Fernández, Michel Jourdain, Mario Domínguez, Paul Tracy, Bruno Junqueira, Mark Blundell, Alex Tagliani entre varios mas. Utilizaron autos de la super copa Telcel que corre en México y el evento resultó atractivo. Ver a esos pilotos de cerca personalmente me trae buenos recuerdos de los tiempos de Champ Car en donde Adrián Fernández se hizo un ícono del automovilismo Mexicano.

 

“El cuate”, como lo bautizó el cronista Jorge Koechlin también tuvo los reflectores del fin de semana cuando manejó el sábado y el domingo el auto del ex piloto mexicano Pedro Rodríguez. Aquel BRM de 1970 que es un emblema también en la historia de los hermanos Rodríguez. Así que tuve la oportunidad de ver de cerca cuando Adrián se subió al auto así como todo el procedimiento previo cuando los pilotos se ponen los guantes, el casco y se abrochan los cinturones de seguridad. Siempre he pensado que es como una especie de ritual que tienen los pilotos en donde se concentran completamente antes de salir a la pista. Adrián se portó accesible en todo momento con aficionados y oficiales de pista que nos acercamos a pedir la foto.

 

Tener tan cerca aquel BRM de Pedro Rodríguez realmente me remontó a la década de los 70´s en donde las medidas de seguridad eran mínimas y los pilotos en verdad se jugaban la vida cada vez que salían a la pista. Un motor V10 que también levantó a los aficionados de la butaca conforme Adrián dio algunas vueltas de exhibición.

 

El Gran Premio de México como carrera no fue ni por mucho la mejor de la temporada, sin embargo el sabor a podium de Checo Pérez en su caza constante a Lewis Hamilton valió cada vuelta. Un nuevo pódium para Checo Pérez como piloto de Red Bull puede sentirse como normal, sin embargo son días que quedarán en la historia del automovilismo mexicano y me atrevo a decir que pasarán muchísimos años para volver a vivir lo que está consiguiendo el piloto de Guadalajara.

 

Dicen en el medio que ni el boleto mas caro del Gran Premio vale el lugar que tiene un oficial de pista. La posición tan cercana a la pista realmente es privilegiada y permite ver la acción desde una óptica diferente. Debo confesar también cierta envidia al ver la fiesta en la tribuna con aficionados cómodamente sentados y que con lugar pagado tienen un horario de llegada cómodo y tienen acceso a cualquier tipo de bebidas mientras pueden grabar sus videos de recuerdo. Ver la carrera de pie después de las largas jornadas de entrenamientos de viernes y sábado en la Fórmula 1 y el resto de las categorías, comienza a pesar después de la vuelta 40 del Gran Premio. La mente comienza a preguntarte que haces aquí metido como oficial de pista cuando el cansancio ya cobra la factura; cuando el calor dentro del uniforme naranja se hace sentir y cuando las manos sudadas con los guantes dieléctricos empiezan a pedir aire. El cansancio en las piernas sumado a lo todo lo anterior te hace preguntarte si realmente quieres estar ahí el próximo año. Y la respuesta es muy sencilla…. Si , si quiero volver a estar vestido de naranja en el Gran Premio de México de 2023.

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