
El pasado fin de semana vimos una derrota más del Puebla, ahora a costa de los Pumas, equipo con tradición e historia en nuestro futbol, pero eso ya pasa a segundo término en esta ocasión, pues con semejantes errores de la línea defensiva de La Franja, nos permite ver que la cosa no está tan sencilla de reparar.
Me explico. El problema del Puebla es típico de un paciente en terapia intensiva, o de un toro a la espera de la estocada final, es decir, lo que se prevé ocurra en las próximas semanas es que este equipo no levante y sume más derrotas, provocando el despido de Ricardo Carbajal y que muy probablemente Luis Miguel Noriega sea nombrado como DT interino.
Si lo anterior se cumple, que no nos sorprenda que mágicamente los jugadores muestren otra actitud, se consigan algunas victorias que por ahí alcancen para arañar un lugar en el Play-In.
Los verdaderos afectados de estas situaciones siempre son los aficionados, los que cada vez se alejan de su equipo y ya no van al estadio, pero que están pendientes al menos de los resultados de La Franja, esos que son tratados mal dentro y fuera del “Coloso de Maravillas”, esos que simplemente ya no le gastan para ver al Puebla.
Lamentablemente la cosa no pinta para un cambio radical, simplemente nos tendremos que acostumbrar a los caprichos de jugadores, cuerpo técnico y hasta de directivos de adorno, esos que nada más posan para la foto, para los estados en Instagram, para una que otra entrevista con medios a modo y que simplemente manchan la historia de esta institución.