Hace algunos años surgió la psicología deportiva y 56 años después aun sigue existiendo gran desconocimiento sobre su existencia y función.
La psicología deportiva tiene como objetivo, potencializar y/o mantener el rendimiento deportivo, y para ello se trabajan múltiples variables como el control de estrés, atención, concentración y motivación, entre muchos otros factores específicos.
Sin embargo, en el campo, la gran mayoría de los jugadores de alto rendimiento recurren al psicólogo para fines emocionales, problemas con sus parejas, con su familia, con el equipo en el que se encuentran; este tipo de intervenciones requieren de gran preparación por parte del profesional de la salud mental.
Cada vez es más importante la labor psicológica en los jugadores, y más que buscar estrategias que impacten de manera directa su rendimiento, la psicología es la encargada de prevenir situaciones ajenas al deporte, pero que pueden alterar su rendimiento.
El simple hecho de expresar los sentimientos y emociones, ayuda a liberar esa tensión física, mental y emocional, pero esta no es la única función del psicólogo. El rol del psicólogo tiene muchísimas más funciones que el solo escuchar a sus atletas, debe de enseñarles técnicas que el día de mañana aun en su ausencia ayuden a mantener el balance en sus jugadores.
Su función es cambiar el chip interno, pensamientos, actitudes, toma de decisión, gestión emocional, y en muchas ocasiones trabajar ciertas situaciones clínicas.
Nadie te prepara para separarte de tu familia ha tan temprana edad, a adaptarte a nuevos modismos, cultura, creencias, clima, comida, a tener responsabilidades que otros no tienen.
Y esto es lo que debe desarrollar el psicólogo en el deporte de iniciación, pero sobre todo a mantener un equilibrio emocional en aquel jugador que ya alcanzado su sueño. Ser profesional no significa la ausencia de sentimientos de vacío, de frustración, al contrario, son experiencias con las que tienes que lidiar muy frecuentemente, sin afectar el desenvolvimiento que tienes durante entrenamientos y partidos.
Aunado a toda la presión familiar y social que es depositada en el jugador.
Así que recuerda que si va a ser, depende de ti, y de tu fortaleza mental.