Un Barça liderado por la juventud golea 0 a 4 a un Madrid plagado de estrellas.

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Este sábado 26 de octubre se jugó uno de los partidos más vistos en el mundo. El Real Madrid se enfrentaba a su acérrimo rival, el Fútbol Club Barcelona, en el estadio Santiago Bernabéu. Después de muchos años, el clásico retomaba su magia ya que el contexto actual y el pasado reciente incitaban a un encuentro parejo en el cual si disputaban tres puntos importantes para la clasificación pero, sobre todo, estaba en juego el orgullo de ambos equipos.

 Por un lado, el Real Madrid llegaba siendo campeón de europa la pasada temporada y con el reciente fichaje de uno de los mejores jugadores del mundo: Kylian Mbappé. Por otro lado, el Fútbol Club Barcelona llegaba al clásico con 27 de 30 puntos posibles, tras ganar 9 de 10 partidos y en Champions venía de ganarle 4 a 1 al Bayern Munich, uno de los mejores equipos del mundo y de la historia. Otro factor que daba más sabor al clásico es que en la jornada de Champions previa al enfrentamiento de liga, el extremo brasileño de cada equipo metió tres goles. Por parte del Real Madrid, Vinicius Jr metió un hat trick ante el Dortmund y por  parte del Barça, Raphinha metió tres goles ante el Bayern. Una incógnita que había era qué brasileño sería más determinante en el clásico.

Dejando atrás la previa, analizaremos qué pasó en el partido. El encuentro comenzó con un Barça valiente que jugó con su línea defensiva muy adelantada y un Real Madrid que intentó jugar a balones largos a sus delanteros para aprovechar los espacios detrás de los defensores blaugranas. Kylian Mbappé metió un gol al minuto 30 que celebró con todo su equipo pero para su sorpresa, pocos minutos después el VAR anuló su gol por fuera de juego. Esta jugada demostró la compenetración de la defensa, su gran estado de forma, lo importante que es Flick en este Barça completamente distinto al de hace 5 meses y finalmente esta jugada demostró la calidad que tiene Iñigo Martínez. El primer tiempo dejó algunas jugadas peligrosas de ambos equipos que no terminaron en gol. Vinicius hizo una buena jugada que no pudo finalizar y Yamal erró un mano a mano tras un pase espetacular de Lewandowski.

Empezó el segundo tiempo con un Barça completamente distinto gracias a las indicaciones de Flick y a la sustitución de Frenkie De Jong en el lugar de Fermín López. Este cambio movió a Pedri a un rol más adelantado, dejando a Frenkie como mediocentro defensivo acompañando a Marc Casado. La fórmula de jugar con defensa adelantada la intentó hacer el equipo de Carlo Ancelotti pero no lo hicieron de manera efectiva como su rival. Al minuto 54 Marc Casado mandó un pase preciso a Robert Lewandowski que gracias a su gran desmarque y a la mala coordinación de la defensa del Madrid, lograría llegar mano a mano frente a Lunin y finalizar la jugada dando el primer gol culé. De esta jugada cabe recalcar el gran pase del canterano nacido en 2003 Marc Casadó, la sangre fría del delantero polaco y la desconcentración de la defensa, especialmente de Ferland Mendy.

El segundo gol fue una muestra de que el Barça a pesar de jugar con un estilo directo gran parte de sus partidos, también sabe mantener la posesión, hasta generar espacios y buscar el gol. Cubarsí inició la jugada gracias a su gran salida de balón, y tras unos cuantos pases, Frenkie De Jong encontró a Baldé que tenía vía libre por la banda izquierda. Este realizó un centro perfecto, evocando a Jordi Alba, para que el polaco rematara de manera inmejorable y anotara el segundo gol del Barça y el segundo para su cuenta.

El tercer gol fue histórico, ya que Lamine Yamal lo anotó y se convirtió en el goleador más joven de la historia de un clásico. La asistencia la realizó Raphinha que se desprendió de Lucas Vazquéz con facilidad gracias a su potencia, para posteriormente darle el balón al 19 del Barça que tras un control orientado con su pie más hábil que es el izquierdo, finalizó la jugada con su pie derecho que supuestamente es el menos hábil pero la definición fue perfecta con gran colocación y mucha potencia.

Finalmente el cuarto y último gol blaugrana lo realizó Raphinha que recibió de gran manera el pase largo y preciso de Iñigo Martínez, superando con facilidad a Lucas Vázquez en el cuerpo a cuerpo y con una vaselina superó a Lunin, provocando el éxtasis culé.

En conclusión, el Barça demostró estar preparado para enfrentar grandes rivales y jugar en grandes escenarios, acabando con las dudas que se habían generado sobre su juego y sobre todo sobre la personalidad del equipo en momentos importantes.

¨Gracias Flick por convertir al Barça de Xavi, que jugaba sin ideas ni pasión, en un Barça en el que todos comprenden su rol, su importancia y en donde todos dan el 100 % para ayudar a sus compañeros y para que la afición sienta orgullo. Poco a poco, el mundo está volviendo a respetar al Barça. Gracias fútbol”

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