Cardioprotectores

La enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular son las principales causas de mortalidad, discapacidad y muerte en los países desarrollados. La mayoría de estas enfermedades se deben a la aterosclerosis (un proceso degenerativo de las arterias que se desencadena por el estrés oxidativo y el estado inflamatorio crónico). Se sabe que el tabaquismo, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes mellitus, el sobrepeso / obesidad, la falta de actividad física y los factores genéticos influyen en la determinación del riesgo cardiovascular. Existen diferentes maneras de promover mecanismos cardioprotectores.
VINO.
Aunque la ingesta excesiva de alcohol se asocia con el desarrollo de enfermedades crónicas y otros problemas graves, una gran cantidad de datos de evidencia científica apoyan el consumo moderado de alcohol y el riesgo de enfermedad coronaria. El consumo de alcohol leve-moderado se asocia con un nivel más alto de colesterol de alta densidad, una menor incidencia de diabetes tipo 2 y una reducción del estrés oxidativo. Específicamente el consumo de vino tinto es más preventivo de las enfermedades del corazón en comparación con la ingesta de otras bebidas alcohólicas.
No se sabe si las aparentes propiedades beneficiosas para la salud atribuidas al consumo de vino tinto se deben únicamente a la presencia de alcohol o también a compuestos antioxidantes del alcohol presentes en el vino tinto. Además del alcohol, el vino tinto contiene una amplia gama de compuestos activos, polifenoles, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que podrían contribuir a la protección frente a enfermedades ateroscleróticas.
Se ha propuesto un consumo ligero o moderado de vino tinto como una posible explicación del fenómeno conocido como la “paradoja francesa”, que indica que la población francesa muestra una tasa baja de enfermedades cardiacas en comparación con otras poblaciones occidentales, a pesar de sus dietas contienen mayores cantidades de grasas totales y ácidos grasos saturados. Los compuestos fenólicos presentes en el vino tinto han mostrado propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, pudiendo reducir la resistencia a la insulina y ejercer un efecto beneficioso al disminuir el estrés oxidativo.

CACAO.
Las intervenciones dietéticas que implican recomendaciones para el consumo de productos con una acción mejoradora de la salud confirmada son un aspecto importante de la prevención de las enfermedades cardiovasculares. El cacao es un producto alimenticio con un importante potencial cardioprotector debido a su alto contenido en compuestos bioactivos. El consumo de cacao, especialmente en forma de chocolate negro con alto contenido en flavonoides, puede ser una buena estrategia para disminuir el riesgo cardiovascular debido a su efecto beneficioso sobre la circulación, la disminución de la presión arterial, la disminución de ácidos grasos y la disminución de la concentración de glucosa en sangre. Muchos estudios han demostrado que los flavonoides derivados del cacao tienen actividad antioxidante y antiinflamatoria y también juegan un papel importante en la prevención de la resistencia a la insulina.

OMEGA 3.
El consumo de ácidos grasos puede afectar favorablemente a la salud cardiovascular; incluso una ingesta pequeña de pescado (una vez por semana) puede reducir el riesgo de enfermedad. El estudio “The Seven Countries”, de 20 años de duración y seguimiento, demostró que aquellos hombres que consumían 30 g/día de pescado reducían el riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria en un 50% en relación con los voluntarios que no consumían pescado. Las recomendaciones nutricionales de ingesta de ácidos grasos por la Sociedad Internacional para el Estudio de Ácidos Grasos y Lípidos sugieren la cantidad de 0,65 g/día. Por otra parte, las nuevas recomendaciones de la Sociedad Americana del Corazón (AHA) son: a) las personas adultas han de consumir pescado al menos dos veces por semana.

EJERCICIO.
Debido a la intervención de bajo costo, bajo riesgo y no farmacológica, la Sociedad Europea de Cardiología recomendó que el entrenamiento con ejercicios es el mejor factor cardioprotector. El ejercicio aeróbico tiene efectos favorables sobre el metabolismo de las grasas, la remodelación cardíaca, la insuficiencia cardíaca y la resistencia a la insulina. La actividad física se considera una forma eficaz de prevenir y contrarrestar los cambios relacionados con la edad y disfunciones. Como sabemos, cualquier actividad es mejor que nada y nunca es demasiado tarde para comenzar. El Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva y la Asociación Estadounidense del Corazón recomiendan una descripción detallada, especializada y guiada por expertos.

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