
Anthony Gordon está tocado por una varita en la Liga de Campeones: cuatro goles acumula el extremo inglés, cuya última víctima fue el Benfica de un José Mourinho que aún no sabe lo que es sumar un solo punto en Europa esta temporada.
El portugués, que asumió el mando de los lisboetas tras la derrota frente al Qarabag, ha sumado dos sinsabores más, contra Chelsea y Newcastle United, y está hundido en los últimos puestos de la tabla con cero puntos de nueve posibles.
Mourinho tiene uno de los grandes retos de su carrera para en los cinco partidos que le quedan levantar a este equipo y tratar de meterlo en la siguiente ronda. No es imposible, pero necesita mejorar y tener una pizca más de suerte que la que mostró en St. James’ Park, donde Lukebakio se quedará varios días pensando en las dos ocasiones que tuvo con 0-0.
El ex del Sevilla se topó con un paradón de Nick Pope en un mano a mano y con una madera que escupió un disparo suyo desde el balcón del área. Tuvo el gol, lo rozó, pero perdonó y el Newcastle les castigó.
A la media hora, los ‘Magpies’ enlazaron una jugada de cuatro toques para adelantarse en el marcador. Recuperación en el centro del campo, pase en profundidad de Bruno Guimaraes para Jacob Murphy y el inglés le sirvió un centro de la muerta a Gordon para que hiciese su cuarto gol en esta Champions. Un tanto al Barcelona, dos al Royale Union y uno al Benfica.
Además, el extremo sumó un asistencia para sentenciarlos, al servir en bandeja el 3-0 a Harvey Barnes.
Antes, el propio Barnes se aprovechó de una genial asistencia de Nick Pope para el primero de sus dos goles.
El portero del Newcastle sacó rápido para armar el contraataque y con la mano mandó un balón largo en búsqueda de Barnes. Silva falló al corte y permitió la carrera de Barnes, que encaró y batió a Trubin para doblar la ventaja del Newcastle y dirigirles a su segundo triunfo en esta Liga de Campeones, lo que les permite dormir en séptima posición y ponerse rumbo a la siguiente ronda.
El Benfica lo tiene muy difícil, pero no imposible. Le quedan quince puntos por delante y de Mourinho depende que el milagro se convierta en realidad.