Ahí vamos otra vez

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Una vez más vivimos un ciclo cortado en la dirección técnica de la Selección Nacional, y es que ayer se hizo oficial lo que todos sabíamos, que Jaime Lozano deja la silla más caliente del fútbol nacional, la del “tricolor”.
La cosa pintaba mal desde antes de la Copa América, una convocatoria extraña, en la que Lozano pregonaba un cambio generacional para el torneo más importante de selecciones nacionales en el continente.
Sí, hay un fracaso deportivo que no podemos ocultar, sin embargo, él no es el responsable de toda la mala época futbolística que vivimos. Lo hemos repetido y el círculo rojo lo repite, es un cúmulo de cosas malas que no permiten el adecuado desarrollo futbolístico del cual el seleccionador nacional no es el responsable.
Lo que sorprende es lo que dejó ir el “Jimmy”, miren que decir no a un contrato hasta el 2030 donde le ofrecían ser el DT de la selección mayor luego de un proceso junto a un técnico con mayor capacidad, no cualquiera, quizá le ganó un poco el orgullo, quizá era una oportunidad que nunca volverá a tener, quizás se equivocó.

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